Los pilotes se erigen como la línea de demarcación de una gran pared verde.
Un muro de vegetación acuática quedó atascada entre los antiguos pilares ferroviarios de la Laguna Setúbal. Las imágenes desde lo alto dan cuando de un paño verde que abraza a cada uno de los pilotes, cruzando la laguna de lado a lado.
El fenómeno es mayor al que se había presentado en enero de este año, cuando un grupo de navegantes de las aguas hicieran el pedido de que Prefectura Naval, quien tiene jurisdicción para actuar en el río, los retire. En ese momento, la respuesta de fuerza fue clara: “No es función nuestra la remoción de un elemento natural autóctono, que compone la biodiversidad de un humedal tan rico y extenso”.
El hecho no es nuevo. Ya había ocurrido antes, durante el verano, cuando repuntó el nivel del río. La curiosa novedad ahora es el bloqueo total del paso hacia la Setúbal. Antes quedaba siempre un acceso. Por estas horas, nada.
FUENTE SIN MORDAZA