Hernán Drago: “Tengo planificado mi retiro y en 8 años voy a estar viviendo en una cabaña junto al lago en Bariloche”
El modelo, que todas las noches acompaña a Guido Kaczka en Bienvenidos a bordo, reveló a Pronto cuándo piensa retirarse de la tele y dónde tiene planeado pasar el resto de sus días.
Todas las noches la rompe en Bienvenidos a bordo, el programa de entretenimientos que conduce Guido Kaczka por El Trece, y allí Hernán Drago (45) se atreve a bailar, contar chistes, silbar y no le teme al ridículo. Además, oficia como panelista en Pampita Online, el magazine de Carolina Ardohain en las nochecitas de Net Tv. Este gran presente profesional que el modelo está viviendo en plena pandemia del coronavirus y todo el esfuerzo que hace para salir de su casa e ir al canal, tiene un objetivo concreto: acercarse al sueño de mudarse a Bariloche, la ciudad sureña que eligió para su retiro. ¿Si lo ve muy lejos en el tiempo? Para nada y así le contó en exclusiva en Pronto.
“Lo tengo canalizado y no falta mucho para eso: creo que será en no menos de seis años pero tampoco más de ocho. Si Dios quiere y no pasa nada en el medio, me quiero ir a vivir allá. Tengo una casita en Bariloche, es mi refugio y mi lugar, y trabajo mucho en ese sentido también. Sé que todo lo que estoy haciendo ahora es lo que me va a permitir irme para allá. Cuando se prenden las cámaras, soy igual que cuando se apagan pero sé que ese es mi trabajo porque no quiero vivir delante de cámara: yo me quiero ir a vivir al sur. Pero entiendo que hacer las payasadas que hago con Guido delante de cámara, me va a permitir acercarme a mi sueño. Por suerte, me divierte y combino el placer con la parte laboral. Cuando en el futuro me pregunten cómo me fui a vivir a Bariloche, responderé: ´Una vuelta me puse a bailar pavadas en lo de Guido, me fue bien y me vine a vivir a Bariloche´”, reveló Drago en charla con el periodista Nico Peralta.
-¿Ya estás pensando en tu retiro?
-Sí, lo pienso, lo proyecto y lo que me pasa es que me emociono porque falta poco. En este país, pensar que faltan 8 años es un montón pero en mi cuenta personal hace más de 20 años que me quiero ir a vivir allá, entonces no es tanto lo que falta. Cuando pienso que pasaron 20 y solo faltan 6, digo: “Ah, lo tengo a la vuelta de la esquina”. Me emociono y tengo una mezcla de ansiedad controlada porque quiero que siga este camino: al camino lo disfruto y por eso no quiero que llegue pronto. Tampoco quiero que pase nada raro y que digan: “Este pibe no pudo irse a vivir al sur que era lo que tanto deseaba”. Si pasa eso, será por algo que no pude manejar. Nadie está exento. Realmente me visualizo y me veo en una cabaña a la orilla del lago, con una chimenea de la que sale humo en el medio de la nada.
-¿No vas a extrañar este mundo que transitás hace 30 años? ¿O vas a estar yendo y viniendo?
-No, no. Seguro volveré pero a visitar amigos y familiares, que aspiro también a recibirlos allá. Pero no, yo nací para estar con vistas largas: llámese la montaña, el campo, el mar o lo que fuese. Si me preguntás, me gustan las dos cosas: el mar y también la montaña. No creo que extrañe y si extraño, volveré y será una semana o 10 días y me volveré al sur. Quiero estar tranquilo allá. Uno de mis recreos de todos los días, de 20 o 30 minutos necesarios, es tomar mate. Es más, colecciono mates de los lugares que he visitado.
-¿Cuántos tenés?
-Más de 150 y muchos están grabados y dicen: “Recuerdo de Posadas, o Río Gallegos, o el lugar que fuere”. En Bariloche voy a tener una gran vitrina con todos esos mates y voy a decir: “Hoy voy a tomar mate en el mate de Jujuy y con esa infusión voy a recordar ese viaje y desde la cabaña en Bariloche voy a conectar mis años de viajes, dónde compré ese mate, quién me llevó, si fui a hacer un desfile, una conducción, un evento. Ese linkeo me va a mantener cerca y lo voy a sentir con orgullo y no con nostalgia de la fea, esa de “qué rápido pasó”. Todo lo contrario, voy a pensar: “Gracias a Dios tuve la suerte de vivir una vida muy linda, con mucho trabajo y con una calidad en el reconocimiento que no tiene precio para mí”. Cuando en Bariloche la gente me mire, con barba y 15 kilos de más y diga: “¿Este no era el pibe que bailaba y hacía reír en lo de Guido? ¿Qué hacés acá?”. Yo voy a responder: “¡Vine a vivir! Ya laburé 40 años, sí, soy yo”.
-¿Te imaginás con tantos kilos de más?
-Sí, me imagino y lo disfruto. No sé si 15, voy a tratar de buscar un equilibrio: a lo mejor son 2, 3, 5 o 10. Hago mucho ejercicio porque me gusta pero la realidad es que hoy no como todo lo que quisiera por este cuidado de la imagen que te cuento. Hoy no puedo comerme medio kilo de helado pero en aquel momento sí voy a poder. Si la felicidad me trae 3 o 4 kilos de más, bienvenido sea porque no voy a tener que hacer ninguna gráfica en calzoncillos. Voy a tener 55 pirulos y si no trabajás más de esto, ¿quién quiere tener la panza marcada a los 55? A mí no me mueve la aguja, como sí me la mueve hoy para defender la imagen y un cachet en este momento. Pero ya está, tuve 30 años la panza marcada ¡y si te he visto no me acuerdo!
Fuente: Revista Pronto