Para jugar ante Central Córdoba, el DT de Unión Sebastián Méndez pateó el tablero e hizo una muy arriesgada apuesta, que tuvo un buen resultado
Si bien antes del partido frente a Central Córdoba, Sebastián Méndez apenas lleva dirigidos cinco partidos a Unión (cuatro por el Toneo y uno por la Copa Argentina), el contexto marcaba que podía ser un encuentro clave para su continuidad. Pero mucho más, por los riesgos que había asumido en la conformación del equipo.
Y es que el Gallego Méndez, pateó el tablero y más allá de alguna ausencia, apostó muy fuerte para visitar a Central Córdoba. A priori era una jugada de riesgo, que si salía mal, iba a tener consecuencias para el entrenador. Pero si el resultado era favorable, sin dudas que terminaría fortalecido, por asumir una decisión fuerte.
Mandar a la cancha a Nicolás Paz (segundo partido en Primera División) a Gastón Comás, Joaquín Mosqueira y Jerónimo Domina, no estaba en los planes de nadie. Pero además, por primera vez, modificó el esquema táctico, poniendo línea de cinco y esa variante, permitió que los laterales hicieran un buen partido.
Más liberados para pasar al ataque, tanto Federico Vera como Lucas Esquivel, pudieron mostrar sus mayores virtudes, que precisamente son cuando pasan al ataque. Y además, Imanol Machuca estuvo más acompañado por el sector izquierdo con las proyecciones de Esquivel. Se observó en el segundo tiempo, un equipo más decidido a ganar el partido.
Unión esta vez y a diferencia de lo sucedido con Sarmiento, jugó el partido con los dientes apretados y una mayor concentración. Por otra parte, a Méndez los cambios le resultaron beneficiosos, de hecho Enzo Roldán quien ingresó en el complemento marcó el gol del triunfo. Y en el final mandó a la cancha a Daniel Juárez y Junior Marabel para atacar con más gente y forzar el error del rival.
En esta ocasión, Méndez hizo una lectura acertada del juego y propuso un partido largo, sabiendo de las urgencias que tenía Central Córdoba jugando como local. Un triunfo que sin dudas lo fortalece y mucho al entrenador que hasta aquí no había logrado cambiarle la cara al equipo, habrá que ver si esta victoria puede servir como trampolín para despegar.
Está claro que Unión es un equipo con muchas carencias, que requiere de jugar con suma concentración y disciplina para obtener buenos resultados. No le sobra nada y no cuenta con esos futbolistas que en una jugada te pueden resolver un partido, por lo cual requiere de encontrar un funcionamiento.
Sin dudas que el no jugar con la presión de los hinchas lo liberó un poco. Está claro que en esta situación, a Unión le está costando jugar como local y por ello no es casualidad que en los segundos tiempos ante Godoy Cruz y Central Córdoba, el equipo haya mejorado. Ahora viene otro partido fuera del 15 de abril, ante Huracán.
Con una semana larga de trabajo por delante, el triunfo sirve para pacificar y poder encarar lo que viene con más tranquilidad. Y para Méndez fue un sin dudas un espaldarazo, ya que con sus decisiones, podía quedar en el ojo de la tormenta. Pero su apuesta resultó y si bien los que definen son los jugadores, buena parte del triunfo en Santiago del Estero, tiene el sello del entrenador.
fuente uno